La cala de Aiguablava, en Begur, en la comarca del Baix Empordà, ha sido durante siglos un puerto natural que se convirtió en el espacio ideal para que los barcos hiciesen una parada técnica. Era una especie de vertedero donde las tripulaciones hacían limpieza y tiraban objetos que estaban rotos o que ya no utilizaban, como jarras, copas o platos.
Con el paso de los años, este espacio se fue configurando como un auténtico “museo arqueológico submarino” y desde 2006, la Generalitat de Cataluña empezó a estudiar y recuperar este legado histórico.
Ahora, el Centro de Arqueología Subacuática de Cataluña (CASC), ha sumergido imitaciones de las ánforas recuperadas, dejando el fondo marino lleno de objetos de la edad medieval y romana y convirtiendo este espacio en un nuevo museo submarino. Las imitaciones se han realizado en cemento y están bien aseguradas para evitar que las corrientes y los humanos puedan hacerlas desaparecer.
Esta iniciativa es pionera en todo el Estado y se pretende ampliar a otras calas que tengan un patrimonio arqueológico similar.
Así pues, los bañistas de Aiguablava, podrán disfrutar de esta nueva experiencia, además de la contemplación de la propia belleza natural de la zona y de la gran cantidad de actividades que Begur ofrece a los turistas y visitantes que eligen este maravilloso espacio de la Costa Brava para pasar sus vacaciones.
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Os recordamos que el Mas Petit está a sólo 20 minutos de Aiguablava!